No desperdicies cada pérdida: la “revelación de Sísifo” en el mercado cripto

Autor: thiccy

Traducción: Tim, PANews

En 2025, el mercado cripto volvió a protagonizar un guion de volatilidad sorprendente, sin embargo, mucha gente sufrió grandes pérdidas en sus operaciones.

Este artículo no está dirigido a quienes siempre pierden dinero operando, sino a aquellos con gran capacidad de obtener ganancias, pero que en este trimestre vieron una fuerte caída en sus beneficios.

Uno de los mayores dolores de la vida es ver cómo meses o incluso años de esfuerzo se esfuman en una sola noche.

En la mitología griega, Sísifo fue condenado a empujar eternamente una roca cuesta arriba, solo para verla rodar colina abajo cada vez que llegaba a la cima. La crueldad de este castigo radica en que toca el núcleo de la experiencia humana: la absurdidad de lo inútil y lo repetitivo. Sin embargo, Camus vio otra posibilidad en Sísifo: cuando acepta el absurdo y deja de esperar una redención final, y en cambio se entrega plenamente al acto de empujar la roca, transforma su destino en el proceso. La verdadera victoria quizás no sea que la roca permanezca en la cima, sino la lucidez y la calma indomable en cada empuje.

El trading cripto requiere la misma cualidad. A diferencia de la mayoría de las profesiones, en este campo no existe una “barra de progreso”. Una sola decisión equivocada puede destruir toda una carrera, y esto ya ha llevado a muchos al límite.

Cuando la roca realmente cae, la gente suele reaccionar de dos maneras.

Algunos aumentan la apuesta, intentando recuperar las pérdidas. Adoptan estrategias de trading más agresivas, básicamente aplicando la estrategia Martingala (duplicar la apuesta tras cada pérdida) para intentar recuperar lo perdido. Si logran recuperar el dinero rápidamente, pueden evitar enfrentar emocionalmente la realidad de la pérdida. Este método puede funcionar a corto plazo, pero es extremadamente peligroso, ya que refuerza un hábito de trading que matemáticamente te llevará a la ruina.

Otros, agotados, eligen retirarse por completo. Normalmente ya tienen suficiente dinero para vivir cómodamente y consideran que el riesgo del mercado ya no compensa la recompensa. Se consuelan diciéndose que ya no tienen ninguna ventaja en el mercado, o que esas ventajas están por desaparecer. Deciden salir, lo que en la práctica es dictar una “sentencia de muerte” al mercado, sin vuelta atrás.

Ambas reacciones son comprensibles, pero solo atacan los síntomas y no la raíz del problema. El verdadero problema es que tu sistema de gestión de riesgos tiene fallas. La mayoría de la gente sobreestima su nivel real de control de riesgos.

La gestión de riesgos no es un problema irresoluble; los principios matemáticos detrás de ella están más que probados. El verdadero desafío no es no saber qué hacer, sino ser capaz de ejecutar la estrategia establecida frente a las emociones, el ego, la presión y el cansancio. Lograr que tus acciones estén alineadas con tu pensamiento es uno de los mayores desafíos humanos, y el mercado siempre expone sin piedad cualquier brecha entre tu percepción y la realidad.

¿Cómo salir adelante después de una pérdida?

Primero, tenés que aceptar algo: no es mala suerte ni injusticia. Esta pérdida es el resultado inevitable de tus debilidades humanas. Si no encontrás y solucionás el problema, volverá a ocurrir.

Segundo, debés aceptar completamente tu patrimonio actual; no podés seguir anclado en los máximos históricos del pasado. “Recuperarlo” es uno de los impulsos más peligrosos del mercado. Alejate de la pantalla un rato y agradecé por lo que ya lograste. Seguís vivo, seguís en el juego, y ya no intentás recuperar pérdidas, sino que te enfocás en lograr nuevas ganancias.

Considerá esta pérdida como el precio que pagás por tus defectos; esta lección la ibas a aprender tarde o temprano. Lo bueno es que la pagaste ahora y no en el futuro, cuando el costo podría ser mayor. Si reaccionás correctamente, en el futuro mirarás este momento con gratitud. El carácter suele forjarse en la adversidad.

Identificá con precisión la causa del fracaso. Para la mayoría, el problema suele ser una combinación de: posición demasiado grande, entrar sin un stop loss predefinido, o no ejecutar el stop loss cuando corresponde. Establecer reglas estrictas sobre control de riesgos y stop loss puede evitar la mayoría de las pérdidas catastróficas.

Recordate que la única manera de evitar que la roca vuelva a caer hasta el fondo es cumplir estrictamente esas reglas. Son tu única protección contra el sufrimiento que estás experimentando. Sin reglas, no sos nada.

Permitite descargar la frustración por la pérdida: podés gritar, romper algo. Sacá afuera la emoción, no la reprimas.

Lo más importante es transformar el dolor en aprendizaje. Si no, se repetirá.

Esta reflexión sobre cómo enfrentar el dolor no solo aplica a las pérdidas en el trading, sino a la vida en general. Las reacciones comunes mencionadas antes suelen ser toscas porque, al resolver un problema, introducen otros nuevos. Si no podés recuperarte de una pérdida de manera precisa y cuidadosa, terminarás como un algoritmo de descenso de gradiente con pasos demasiado grandes: oscilando alrededor de la solución óptima, sin poder converger nunca al lugar correcto.

Cuando Napoleón perdía una batalla, inmediatamente empezaba a reconstruir su ejército y planificar el siguiente movimiento. Un fracaso no es fatal, a menos que pierdas la capacidad de seguir luchando. La prioridad tras una derrota es asegurarte de que esa debilidad no vuelva a ser explotada y recuperar tu mejor forma lo antes posible.

No debés buscar redención ni venganza. No debés reaccionar pasivamente ni acumular enojo. Tenés que convertirte en una máquina fría. Tenés que repararte y reconstruir tu sistema para que el mismo error nunca se repita. Cada fracaso que superás se convierte en un foso defensivo en tu sistema, y ese foso es algo que todos los demás tendrán que pagar para aprender.

Solo este tipo de pérdidas puede forjar a una persona, así que agradecelas: su propósito es que aprendas algo. Esta pérdida no ocurrió porque sí. Permitite sentir el dolor, pero transformalo en motivación y asegurate de no volver a cometer el mismo error.

Estas cosas son difíciles porque, una vez que encontrás el camino correcto, el crecimiento sostenido de tu riqueza se vuelve algo natural.

Te deseo mucha suerte.